lunes, 18 de noviembre de 2013

En la meca del espectáculo

Entrevista publicada en La Estrella. En aquella ciudad donde parece que inicia todo y donde la sorpresa de la novedad dura lo que tarda en surgir un nuevo show tomó fuerza la salsa como género musical. Quizás fue donde se escuchó el término por primera vez —de eso no hay un certeza—, lo cierto es que fue en la frenética Nueva York donde personajes como Celia Cruz, Willie Colón, los miembros de la Fania All Star y otros grandes cantantes y artistas latinos forjaron sus exitosas carreras. 

Aunque hoy Nueva York es sinónimo de moda, ésta no es una ciudad mezquina y otros rubros también han tenido oportunidad de brillar en sus teatros, coliseos y salones. Entre finales de los 60 y principios de los 70 la salsa tuvo sus mejores años en tales calles norteamericanas. Los clubes se vestían de gala para darle cabida cada noche al contagioso ritmo. 

Esa vivacidad salsera es justo lo que se quiere revivir el 15 de noviembre con el evento denominado ‘¡La Salsa Vive!’. Los carteles anuncian la presentación de El Gran Combo de Puerto Rico, Óscar De León, Richie y Bobby Cruz, Tito Rojas y de Rubén Blades. Este último en compañía de Roberto Delgado y Orquesta, agrupación completamente panameña y que por primera vez tocará en el gran Madison Square Garden (MSG). De hecho será la primera ocasión en la que una orquesta panameña haga sonar sus instrumentos sobre ese coliseo que ha sido testigo de multitudinarios espectáculos. Ahí han cantado desde actuales estrellas como Justin Bieber, otros no tan nuevos como Backstreet boys y hasta el icónico Frank Sinatra. 

Roberto Delgado está muy conmocionado con la oportunidad, pero la verdad no le sorprende, pues desde que son la orquesta oficial que acompaña a Rubén Blades les ha tocado recorrer los mejores escenarios del mundo. Ahora, estar en el MSG se añade a su lista de logros, más si actúan de lado de las estrellas que también amenizarán esa noche. 

Delgado y su orquesta han producido varios trabajos junto a Blades, pero no fue hasta el año 2010 que se alían oficialmente como compañeros de escenarios, ya que aunque lo habían intentado antes, por otros compromisos no se había podido consumar la unión.

  Los (músicos) de la Orquesta de Roberto Delgado son del primer orden —considera Rubén Blades— y es reconocida internacionalmente. Si no lo fuera no estuviéramos trabajando. Esta opinión del cantante es sustentada por Delgado, quien cuenta que varios de sus 12 músicos tienen hasta 25 años con él y sabe que la diversidad de instrumentos con que cuenta es justo lo que ha hecho que Blades los prefiera. Esa variedad les permite exponer un amplio repertorio; incluso esa característica hace que aún estén trabajando en el itinerario que ofrecerán el 15 de noviembre, pues el tiempo de exhibición no será muy amplio, tomando en cuenta que todos los ejecutantes son de alta talla musical. 

Lo que sí es seguro —revela el autor del segundo himno de Panamá, la canción ‘Patria’— es que vamos a interpretar los temas que ya hemos presentado en los conciertos ya realizados desde el 2010. 

Al platicar de la vigencia que mantiene como artista, aun cuando estuvo retirado por varios años de los escenarios, Rubén expresa que tiene la fortuna de ser un artista que ha logrado renovar a su audiencia. ‘Creo que es a consecuencia de mi cuidado al escribir las canciones que interpreto. Presento realidades urbanas, asuntos que conforman la experiencia de todos. Esos temas no tienen fecha de expiración, lo que me ha permitido sobrevivir artísticamente y recibir el apoyo de una nueva generación’. 

No cabe duda que esa frescura y conexión con el público (sin importar la edad de los concurrentes) es lo que ha hecho que siga siendo uno de los favoritos del género de la salsa; y no en vano fue escogido para completar e se grupo de estrellas que harán que la memoria salsera de la gran Nueva York reviva y ponga a gozar a los amantes del sabor latino.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

'Vivo el día a día’

Publicada en La Estrella el 4 de septiembre de 2013

Miroslava Morales pensaba en qué era lo que iba a almorzar cuando la profesora del curso anunciaba quiénes serían las ganadoras de media beca para estudiar en la Academia de Victoria Hernández, sí la academia de esa misma profesora que formó a actores como Javier Jattin (mejor conocido como Chepe Fortuna) y Lorna Cepeda, y que fue asesora de Miguel Varoni en su papel como “Pedro el escamoso”. De verdad fue una sorpresa para ella, pues le gusta la actuación pero cuando entró a los talleres se concentró en aprovechar la formación, indistintamente de obtener o no la media beca.

Ahora llega la oportunidad que le ofreció Creando Panamá junto a la actriz Victoria Hernández y piensa aprovecharla al máximo. Miroslava viajará junto a su colega Eliana Araúz a inicios del próximo año a Bogotá, donde pasarán tres meses recibiendo los conocimientos de Hernández.

Hace siete años tomó la decisión de ingresar al mundo de la actuación, donde encontró la mejor herramienta para desenvolverse ante las personas, puesto que ahí donde la ven —en sus facetas de presentadora de televisión, modelo, cantante y hasta ha hecho las veces de bailarina— ella es bastante tímida. Hoy platica de su trayectoria.

¿Qué significa obtener esta beca?

Significa la gran oportunidad de seguir creciendo como actriz, de experimentar otros métodos.

¿Cómo crees que te ayudará?

Siempre saco provecho de mis experiencias, ya que estoy en esa constante búsqueda de aprender técnicas nuevas para utilizarlas como herramientas al momento de actuar en el escenario, en mis trabajos y hasta en la vida cotidiana, es delicioso.

¿Cuáles crees que fueron las cualidades que hicieron que te seleccionaran para ella?

No lo sé, pero por lo general los talleres o cursos son muy cortos en Panamá y uno debe aprovecharlos al máximo y así lo hice: seguí al pie de la letra lo que la profesora nos indicaba, dejando a un lado a Miroslava y sus aventuras, en ese momento era otra persona, otra historia.

¿Esperabas obtener esa beca?

(Risas). ¡No!, con decirte que cuando la profesora estaba hablando yo estaba pensando qué iba almorzar, solo escuché: me llevo a Miroslava. Pelé los ojos, al rato reaccioné y después me dije a mí misma: ¿Me eligieron? ¿Y ahora? ¿Cómo consigo ese dinero? (Más risas).

¿En qué proyectos trabajas actualmente?

Continúo con el programa Anfiteatro de SERTV porque eso no debe faltar en nuestro país; también con el Proyecto Aruba, de la banda Lucí & The Soul Brokers que representará a Panamá en el Caribbean Sea Jazz Festival en Aruba y estaré haciendo coros con la banda a inicios de octubre. A finales de octubre estaré con la Ópera Aída de Verdi.

La primera obra en la que participaste fue Ojitos de Ángel, ¿qué queda de la Miroslava de esa época?

Desde aquel entonces hasta ahora sigue vigente esa adrenalina cuando subo a un escenario; es inevitable.

¿Hacia dónde va tu carrera como actriz?

No tengo la menor idea, ella es más libre que yo.

¿Cómo te ves en diez años?

Desde que amigos muy jóvenes se fueron de mi vida y partieron de este mundo a la otra vida decidí vivir el día a día con intensidad.

¿Qué es la actuación para ti?

Es expresar a través de mi cuerpo un mensaje, expreso mis sentimientos. El reto de despertar sensaciones en un público, es experimentar y comprender en carne viva la vida de otra persona a través del personaje.

¿Por qué te gusta?

El teatro cambió mi vida. Ha sido mi mejor herramienta para desenvolverme ante las personas. Me ha abierto puertas en el campo laboral.

No solo eres actriz, ¿cómo haces para cumplir con cada uno de tus roles? Fácil, negociando.

¿Qué te hace feliz?

La comida.

Cuando veo a alguien vivir la vida con intensidad y pasión.

¿Qué te desagrada?

La injusticia.

¿Cómo defines el amor?

(Risas). No pensaba reírme. El amor quieran o no es una decisión.

sábado, 22 de junio de 2013

Entrevista a Fariba Hawkins

Publicada en revista Mia el 20 de junio de 2013

Fariba Hawkins entró a un concurso de belleza porque estaba convencida que ese tipo de actividades abren puertas. Y no se equivocó. Quizás no estuvo clara en el inicio, pero después de varios años y de muchas entradas despejadas, un buen día sentada en un salón de clases identificó que el cine es su pasión y supo que por esa puerta debía entrar.

El conocimiento que adquirió en un diplomado de cine en la Universidad Latina, su esposo y la compañía de un grupo compuesto por profesionales idóneos, le dieron la oportunidad de recibir medio millón de dólares del Fondo Cine (iniciativa de la Dirección Nacional de Cine del Ministerio de Comercio e Industrias) para la creación de una película. No es que sea la suma con la que se realice una producción como las de Hollywood, pero el aporte es visto como un gran incentivo entre los actores de esta industria.

La selección de la propuesta del equipo del que es parte Hawkins se dio entre otros proyectos presentados por personajes con más trayectoria que ella. Y como siempre, aunque se esmeró, estaba segura que no ganaría y que su participación en esta actividad le serviría más que nada para que otros descubrieran que ellos (Fariba y sus compañeros de trabajo) estaban haciendo ese tipo de ejecuciones cinematográficas. Tal es su fascinación por el cine que, así como ella aceptó que esto es lo suyo, deseaba que otros también lo asimilaran.

Cabe resaltar que internalizarlo no fue tan sencillo. Le tomó tiempo.

Inicia el proceso

Para una chica que creció bajo el pensamiento que dicta que hay que estudiar una carrera convencional (médico, arquitecto, abogado, etc.) no era fácil determinar que el arte audiovisual era el portón por el que debía entrar. A diferencia de muchas, ella decidió ingresar al Miss Panamá en el año 2003 luego de tener su diploma en leyes bajo el brazo, pues entendía que ese tipo de actividades consumen mucho tiempo. En ese momento no tenía la ruta trazada.

No ganó la máxima corona de la competencia pero en efecto su rostro se dio a conocer. En lugar de ir a un despacho de abogados, ella consideraba que su juventud le daba licencia para entretenerse en otros oficios, luego le tomaría importancia a las leyes, pensaba para sus adentros. Fariba fue llamada a un casting para presentadora de televisión y ganó la plaza. También tuvo la oportunidad de ser la protagonista de la novela de producción nacional llamada “Vivimos un secreto”.

Esta chica dio varios tumbos que la guiaron a conocer a Jeico Castro, a él le hizo algunas consultas acerca de edición. La verdad es que tuvo una excelente química con el chico lo que dio paso al amor y luego al matrimonio, del que nació el pequeño Jeico Estefano. Pero ese no fue el único fruto de esa relación.

Jeico estudió cine y Fariba siempre tuvo cierta inquietud por la actuación. Por momentos pensó que eso era lo que deseaba hacer, mas entendió que aquí en Panamá no hay una condición que permita que los actores se desarrollen como ella esperaba hacerlo (si es que lo hacía), lo que le indicaba que tendría que salir del país. Ya estaba casada, su hijo había nacido y ya tenía la empresa Tiempo Real, que pese a su negativa y gracias al positivismo de su esposo, era próspera.

El día que vio la luz

Aquí viene la ruta cineasta. Fariba acepta que peca de insegura o de lo que ella plantea como “realista”. Cuando nació la idea de crear una productora analizó que el panorama no era sencillo, puesto que entendía que requerirían de una fuerte inversión económica, y además ya había un nicho de profesionales con el mercado más o menos acaparado.

Por su parte, Jeico veía que Fariba era una cara conocida y él tenía la preparación académica necesaria. Con un poco de incertidumbre esta chica aceptó el reto, pues lo que no tiene de segura lo tiene de aplicada. Para su dicha todo fue en positivo siempre. Les comenzaron a llegar los clientes para la realización de comerciales de televisión y hasta de vídeos musicales. Tanto en los comerciales como en los vídeos ella, con frecuencia, hizo las veces de productora. De hecho lo estuvo haciendo por largo rato, sin siquiera sentirse que lo era. Lo ejecutaba y ya. Entonces apareció el diplomado de cine, que por sugerencia de su esposo, decidió tomar.

Allí, acompañada de personas con poca experiencia, sacó adelante un proyecto que gustó mucho, y llegó la luz a su vida profesional. ¡Ajá! Eso era lo suyo, la producción, la producción de cine. Ahí se sintió plena y con locura pasional se metió en esa línea. De eso pasó al Fondo Cine y ahora trabaja en la elaboración del largometraje, cuyo nombre tentativo es “La última sonrisa”. Los planes para empezar a rodar están para inicios de 2014.

Fariba sabe que todavía hay más puertas por abrir y entiende que el talento, el empeño y los conocimientos son claves para que las cerraduras cedan.

jueves, 30 de mayo de 2013

Entrevista a Maritza Vernaza

Entrevista publicada el 30 de junio de 2013 en revista Mia

Primer llamado. Ya había sonado el timbre que marcaba el fin de la jornada de clases. Ahí muerta de la curiosidad estaba la pequeña Maritza Vernaza, quien en lugar de ir corriendo a tomar el autobús para llegar a casa, se quedó porque había escuchado que una maestra ensayaría con un grupo de niños una obra teatral para un acto especial. Mientras la docente daba direcciones a los compañeros de Vernaza, ella veía con ilusión lo que pasaba. Nunca había actuado, pero lo que sus inocentes ojos divisaban la enamoró. De vuelta a casa en su mente de niña seguía rodando la escena.

Segundo llamado. Ya la niña no era tan niña. Su existencia de adolescente le rogaba por otras actividades. La diferencia es que ahora no era tan tímida y podía autogestionar ciertas prácticas. A sus oídos llegó la opción de colaborar con la Cruz Blanca Panameña, específicamente en un grupo de prevención para jóvenes. Una de las facilitadoras era Xochitl Mckay (psicóloga y teatrista), con quien empezó a hacer teatro comunitario.

Tercer llamado... y se abre el telón. Con mucha más experiencia que la de la infante que veía a la maestra ensayar a los niños, Maritza participaba en la audición para la obra “Marianela”, de Benito Pérez Galdós, más que nada por sus cualidades físicas (ella es muy delgada), y resultó seleccionada. No esperaba debutar profesionalmente, ni siquiera lo estaba buscando, pero le llegó. Luego trabajó en “Maestra Vida” de Bruce Quinn, con el papel de La Vecina.

Y el telón se siguió abriendo... bueno también se cerraba, pero no ha dejado de abrirse. Paralelo a sus primeros pasos en las tablas esta actriz se preparaba para ser psicóloga, pues siempre le ha interesado el trabajo social. Aunque deja de ser psicóloga ella ejerció de lleno esta profesión en el área de recursos humanos, en capacitaciones y hasta en investigaciones de mercado. No obstante, el teatro siempre estuvo ahí.

“Realmente son cosas que siempre están, que siempre has estado haciendo, que te gustan. Te vas enamorando de ellas y quedas metida de cabeza. No sé si es una elección, es más bien como un modo de vida en el que de pronto estás y no pretendes abandonar porque satisface en muchos sentidos”, expresa Maritza al hablar de cuando decidió quedarse con el teatro en su vida.

Con su interés por la labor solidaria, el contacto con la comunidad, con ese principio de hacer algo por los demás sin dejar de gestar lo que le gusta, ella junto a su amiga y colega, la actriz Mariela Aragón Chiari, crea el Teatro Carilimpia, un tipo de teatro que utiliza espacios no convencionales; un día pueden montar una obra en medio de una avenida y al otro están dando una función en una bodega. Con esto han podido constatar la sed de oferta cultural que tienen las personas. Sin distinción de clase social los habitantes de la ciudad están ávidos a nuevas propuestas, a todo lo que los ayude a liberar el estrés del día a día.

En los intermedios. Lejos del ojo del público la actriz suelta una carcajada y dice: “Sí, sí. Sin duda sí habría sido más fácil”. Le acababan de preguntar si ejercer la psicología no habría sido más sencillo. “Trabajar con arte o gestión cultural implica muchos retos (al menos en Panamá actualmente)”. Ella no se arrepiente ni teme enfrentar los desafíos. Vivir la vida no es como seguir un guión, pero sí es como confrontar los imprevistos que se puedan dar en la producción de una puesta en escena.

Sigue la trama y el público aplaude. Poco o nada queda del temor de la niña de la escuela. Sus representaciones artísticas no son escasas. Los mejores teatros de la ciudad, las avenidas más concurridas e incluso en los metrobuses han apreciado su talento, no solo como actriz sino como productora.

Cuando la obra termina no hay telón que bajar. Literalmente en las presentaciones de Teatro Carilimpia no existe telón que bajar, y así mismo Maritza observa como difícil que ella algún día lo pueda dejar caer, pues cree que va a estar en el teatro toda su vida, no se imagina vivir sin la actuación.

jueves, 25 de abril de 2013

El desafío de nacer con Down

Publicado en revista Mia el 25 de abril de 2013

Isidro Morán tiene 30 años. Cada día se levanta y ayuda a su abuela con los quehaceres del hogar: barre, friega los trastes, limpia el piso. Eso mientras no está en entrenamiento, él es atleta. Desde los cinco años de edad participa en Olimpiadas Especiales (OE), asimismo desde muy pequeño le tocó sufrir los embates de tener un cromosoma extra. Isidro siempre ha tenido una vida deportiva activa, mas esto no lo ha eximido de ciertos padecimientos aliados al trastorno genético con el que nació.

Brenda Bassán Acrich es otra atleta, tiene 37 años. Ella trabaja en el Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE), allí ayuda a otros estudiantes con condición especial a hacer sus tareas. Ya tiene 12 años de realizar esa labor. Pero como Isidro, Brenda ha sido sometida a operaciones y tratamientos rigurosos que le mitiguen las dolencias que conlleva nacer con este síndrome.

Aunque cada paciente puede tener diversas deficiencias, existen dos que son muy constantes en sus similares: el sobrepeso y el sangrado de las encías. Berta Morán, madre de Isidro, y Esther Acrich, madre de Brenda, cuentan que de no tener un contacto con una institución como Olimpiadas Especiales quizás no hubiesen conocido en qué forma tratar las diversas molestias que sufren sus hijos.

Defecto en fibras de colágeno

“El sangrado de las encías no es algo propio de las personas con síndrome Down, esta molestia tiene su génesis por un defecto en las fibras de colágeno”, explica la odontóloga Kira Singh, de la Facultad de Odontología de la Universidad de Panamá. Tal deficiencia sí es común en quienes tienen la condición, lo que hace más aguda la sensibilidad, ya que los dientes quedan expuestos al paso de bebidas y alimentos.

Esta particular carencia se une a otros factores como la postura de la boca abierta, la mala mordida, la rigidez de la tonicidad, los medicamentos que disminuyen el flujo salival y la pérdida de la estructura del soporte del diente. Cada uno de ellos agrava la condición de esta parte de la boca.

Singh cuenta que muchas veces estos pacientes no tienen un correcto cepillado de sus dentaduras, puesto que no sostienen las herramientas requeridas de la forma adecuada. Esto lleva a que estas personas necesiten de ayuda para el aseo bucal. No obstante, con el tiempo no se le debe negar la oportunidad a los chicos o chicas de hacerlo por sí mismos.

Los cuidados

La odontóloga señala que los tratamientos se determinarán de acuerdo al caso de cada paciente, mas estas personas no deben olvidar las prácticas básicas para una buena higiene bucal: cambiar el cepillo cada tres meses, uso de hilo dental y enjuague bucal (dependiendo de la capacidad de cada sujeto).

La prevalencia del sobrepeso

“Las personas con síndrome Down suelen poseer un metabolismo más lento”, explica Odaris S. de Barletta, especialista en medicina física y rehabilitación y directora del programa Atleta Saludable de OE. Esta particularidad indica que estos sujetos tienen menor capacidad para gastar lo consumido en los alimentos. Además, suelen tener una vida muy sedentaria, lo que tampoco aporta a mantener un peso adecuado.

Los problemas con las tiroides son otros de los defectos que padecen, con ello vienen las dificultades con el peso.

Recomendaciones

“Aunque un sujeto no sea deportista, los cuidadores deben mantenerle controles de salud que incluyan actividad física y alimentación apropiada”, comenta Barletta.

Es importante señalar —acota la especialista— que estudios recientes indican que un porcentaje cerca al 20% de niños con este síndrome son diagnosticados con sobrepeso en su primer año de vida. Queda claro que no se puede incidir sobre las causas genéticas, pero sí en otros aspectos. Por ello, se deben crear hábitos dinámicos, que puedan convertirse en conductas fáciles de realizar y que formen parte de lo cotidiano para la persona con síndrome Down.

jueves, 18 de abril de 2013

Magia al paladar, Tingo tango cofee lounge

Publicado en revista Mia el 18 de abril de 2013

Ana Lorena Jones es la propietaria de Tingo Tango Coffee Lounge, un ambigú que desde afuera transmite una vibra muy particular, quizás contagie un poco de magia a través del púrpura y el dorado que lo hace resaltar. Cuando se abre la puerta es imposible no sentirse extasiado (sin siquiera haber probado bocado). Ante tanto detalle colorido la vista se confunde y no sabe dónde fijarse, en unos segundos se adecua y comienza a percibir los detalles. A la derecha está el hechizante mural que resalta un verde parque que a la vez viste esa pared.

Hasta se puede ilusionar con que en él de pronto aparecerá una niña conocida como Alicia, sí esa, la del País de las Maravillas. Incluso se puede fantasear con estar dentro de éste, rodeado de criaturas que sólo pueden existir en la imaginación.

Que por qué ese motivo en el muro, a Ana Lorena le toca aceptar que es fanática de la famosa historia infantil Alicia en el País de las Maravillas, y de ahí nació la sugerencia hecha a la diseñadora gráfica Jenny Núñez, quien creó la imagen en versión digital. Esta chica también diseñó otro de los murales que describe a una mujer muy simpática con una copa en la mano, esa muñeca es el ícono del lugar, pues aparece en los distintos menús. La diseñadora asimismo hizo las demás ilustraciones que aparecen en el restaurante.

Inspiración propia

La decoración es original. Cada detalle fue concebido en la mente de su propietaria y equipo de trabajo. Hay elementos vintage, luego otros artículos más modernos y hasta estallidos de color. Al principio Jones pensó hacerlo con estilo antiguo, pero tomando en cuenta otras sugerencias fue variando la idea y podría decirse que es un diseño happy chic. Otras de las paredes tienen un tablero en el cual los comensales pueden escribir lo que gusten, desde un “¡feliz cumpleaños!” hasta su firma. Por todo el local se dejan ver frases célebres de algunos famosos, unas muy tiernas, otras un tanto graciosas.

El restaurante se divide en tres segmentos: el bar, el reservado y la sala Tingo Tango. Cada una es más alegre que la otra.

Una carta para todos

El menú fue elaborado por el chef Argimiro Armuelles, pero el chef de planta es Raúl Camacho, quien le da su toque a cada platillo. Como se trata de un sitio informal, donde se va a pasar un buen rato entre amigos, la carta es descomplicada. Está compuesta por comidas rápidas y las estrellas son las hamburguesas. De éstas últimas hay tres tipos: “Te quiero”, “Te adoro” y “Te amo”, son hechas con carnes angus y cada cual tiene sus ingredientes que las diferencian.

Los precios son asequibles, el platillo más costoso no pasará de los quince dólares, y esto se hizo de esta forma pensando en el público joven. Aunque Ana Lorena aclara que todos son bienvenidos.br />
Un nombre especial<br />
Para los visitantes puede resultar un nombre llamativo, pero para la familia Jones es más que eso. Mientras esta chica elaboraba su plan para realizar el sueño de ser propietaria de un restaurante, su padre le dio la idea de nombrarlo Tingo Tango. El señor Steven Jones es estadounidense y en sus años de infancia tenía un buen amigo con el que hacía travesuras y sus palabras claves ante cada picardía eran tingo y tango. A ella le agradó la idea y no dudó en ponerle ese título a la que hoy es su obra de arte.

Esta joven acepta que fue gracias a su progenitor que hizo posible el sitio de escape, pues eso es lo que representa para quienes lo visitan. Es un espacio con encanto que por un momento extrae a cualquier mortal de su cotidiana realidad.

Distracciones

No sólo es comerse una rica hamburguesa, aquí hay ladys night los martes, karaoke los miércoles y viernes y sábado tragos a dos por uno. En fin, sólo hay que darse una vuelta por este agradable recinto que abre de lunes a viernes de 11:30 a.m. a 3:00 p.m. y de 6:00 p.m. a 11:30 p.m., mientras que los sábados atienden de 6:00 p.m. a 11:30 p.m. }

jueves, 11 de abril de 2013

Entrevista a Tania Hyman

Revista Mia del 11 de abril del 2013

“Tú no tienes pinta de reina”. “No tienes pinta de modelo”. ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! Bueno sí, la verdad es que Tania Hyman estaba acostumbrada a escuchar ese monosílabo negativo desde que estaba en la escuela. Cada vez que mostraba interés por alguna actividad relacionada a la belleza, alguien la miraba como si aspirara a un imposible. Pero en aquellos años le tocó sorprender a más de uno, demostrar que sí, que sí podía y que sigue vigente.

El panorama un tanto adverso de Tania comenzó a variar cuando su madre la metió en un curso de modelaje para mejorar la postura.

“Entonces bajé de peso y terminé siendo la top model de ese tiempo”, recuerda esta dama con mucho orgullo.

No sólo fue la modelo más aclamada, hoy es la dueña de una agencia de modelaje, una reconocida actriz de teatro y contra los presagios de más de un productor de televisión, esta mujer negra se convirtió en una de las presentadoras más queridas de las pantallas panameñas.

Una vez escuché a alguien decir —rememora la actriz— que no podía ser escogida para “Los Grandes de la Música” porque no había suficientes luces; me contaron que el dueño del canal dijo: entonces hay que comprar más luces, yo la quiero a ella.

Los escenarios son lo suyo, con la misma agilidad con que usa unos tacones le da vida a un papel y capta la atención de cualquier espectador. En unos días cumplirá 20 años de carrera teatral con la obra “Camas separadas”, trabajo que se presentará en el teatro La Quadra del 17 de abril al 2 de junio y contará con la participación de actores como Rogelio Bustamante, Yimara Pérez Royco y Ángel Ramos. “¡Qué mejor manera de festejarlos que actuando!”, dice entre risas Hyman, quien hoy agradece su buena suerte y atesora los desafíos.

Enhorabuena ya no tiene que enfrentar los retos de cuando era adolescente, pero las responsabilidades no han disminuido. Como productora no sólo se tiene que ocupar por dar una buena actuación, ahora le toca elaborar puestas en escena que complazcan al público que cada día es más exigente.

—Después de 20 años... ¿te sientes renovada?

— Sí, si hay una cosa que tengo que hacer, sobre todo cuando me he dedicado en tanto tiempo a tantas cosas, es reinventarme, no es algo calculado, es algo que orgánicamente uno siente. No solo es cambiar de look, es cambiar de actitud, de pensamiento. En el mundo en el que yo estoy me tengo que rodear de gente joven, me toca actualizarme y renovar todo, lo mismo en la actuación.

Como en toda ganancia siempre hay una parte de la vida que se ve sacrificada. Aunque trabajo con mi madre —reflexiona— descuidé un poco la parte familiar y lo espiritual. Yo abandoné mucho el lado espiritual por concentrarme en tratar de hacer bien mi trabajo, confiesa.

Tras su recorrido por los sabios senderos del tiempo, su experiencia no ha sido corta, y ese es su mayor tesoro. Justo la habilidad que tuvo para desarrollarse en varios panoramas es lo que le ha dado la oportunidad de crecer. Eso sí, nunca ha dejado de prepararse.

—No sólo para el teatro, sino en cualquier actividad a la que se quiere ingresar, uno tiene que prepararse; hay gente empírica, personas que han nacido con talento, pero uno tiene que prepararse, estudiar... Yo tomo cursos y comparto con personas de afuera. Uno siempre va aprendiendo un poquito más... Si supiera todo lo que sé ahora y tuviera 20, sería lo máximo... (risas).

—¿Le temes a la edad?

—Para nada, tengo 45 años, nunca he ocultado la edad, pienso que uno tiene que ir envejeciendo con dignidad. Cuando cumplí 40 hice la fiesta de mi vida, yo estaba tan orgullosa de tener esas cuatro décadas, ya casi voy [llegando] a los cincuenta.

Entrevista a Bettina García

Entrevista publicada en Revista Mia

Entusiasmada, a su cuerpo le invadía ese cosquilleo efervescente que llega cuando estás apunto de hacer algo que habías esperado desde hace mucho. Ya se imaginada con un maquillaje impecable, atrevido o tierno, eso sí muy femenino. Su cabello con rizos o un estilo muy a la moda. Idealizó todo lo que no ocurrió. Muy al contrario tuvo que verse vestida de hombre. “¡Qué!, casi me muero, creo que quedé un poco triste, exclamó Bettina García Muller.

Para fortuna de lo estipulado para esta portada, Bettina nunca dice que no, y siempre procura poner su mejor rostro. “Era cuestión de disfrutarlo”, suspiró un poco más relajada. Luego de que todo parecía estar encaminado, surge otro dilema.

Yo vestida de hombre, ok, pero hay un inconveniente: no me recojo el cabello, tengo un problema con mis orejas, aclara la presentadora de televisión.

Sorry, hay que recogértelo, le respondieron en tono calmado los involucrados en la producción.

No, eso no es imposible, refutó la chica.

Lo que único que se me ocurre es que te peguemos las orejas con “Krazy glue”, aportó creativamente alguien.

Otra vez casi le da un patatús a Bettina. Entre puja y repuja se logró convencer a la dama para que accediera a dejarse pegar las orejas con la goma de secado rápido. Ya se le había olvidado por completo la desilusión por lucir ese look poco femenino. Las dos horas que duró la sesión fotográfica las disfrutó; eso sí, en el fondo estaba estresada por el momento en que tendrían que despegarle el pabellón. Imaginaba que se le desgarraría la piel.

—¿Una de las presentadoras de un programa tan osado como La Cáscara da muestras de cobardía?

—Soy súper cobarde. No para hacer locuras. Soy súper cobarde para el dolor. Eso de pensar en que me tienen que operar algo, qué va. El día que yo tenga hijos que me duerman completa. Yo creo que cuando uno se hace más viejo uno se pone más flojo.

Bettina lleva 5 años viviendo en Panamá y al poco tiempo de estar aquí empezó a trabajar en La Cáscara. Su espontaneidad y carisma se robaron el corazón de los panameños, quienes casi no se acuerdan que nació en Venezuela. Es más, sus coterráneos no le creen que ella sí es venezolana.

—¿Cómo has hecho para perder tu acento venezolano?

—La verdad creo que nunca tuve ese acento venezolano. Creo que en algún momento lo debí tener, pero no creo que haya sido tan marcado como muchos venezolanos que yo oigo hablar. Yo los oigo y digo: ¡wao qué acento tiene el venezolano!. Y cuando yo llegué aquí me dijeron que para que pudiera salir en La Cáscara tenía que perder un poco ese acento venezolano y hablar lo más panameño posible.

—¿Cómo te ha ido con las expresiones panameñas?

—De hecho tengo problemas con las expresiones panameñas porque, por ejemplo, la palabra que empieza con “chu”, yo no crecí creyendo que eso era una mala palabra. Como en Venezuela la palabra coño es una mala palabra y yo no la decía porque mi papá me pegaba. Para mí “chu” no es una grosería. Yo la digo así como si fuera tan natural. Igual la palabra que empieza con “v”, sabes en Venezuela es mala palabra pero no tan mala como aquí, o sea uno lo dice allá como una expresión, acá es súper feo. Pero me encantan las expresiones panameñas, mi favorita es “ahuevado”, esa palabra me fascina.

Esta venezolana no solo ama a Panamá, también ama a los panameños. Como para ratificar ese enunciado hasta se casó con uno. Aún se encuentra en el proceso de adaptarse a la vida matrimonial, pues siempre ha estado muy apegada a su familia.

—El día de la boda nos quedamos dormir en casa de mis papás. La segunda noche después de la boda como estábamos tan cansados cada uno se acostó en un sofá. La tercera noche mi mamá dizque: ya se van de la casa, se tienen que ir a su casa, ustedes se acaban de casar. Yo me puse a llorar. No me quería ir de mi casa. Yo decía: no, todavía no me siento preparada. No me quería ir de casa de mis papás. Mi mamá se burló de mí para siempre, rememoró.

—¿Ya hay planes de hijos?

—Todavía. Yo digo que empezaré a buscar dentro de un año, porque ahora disfruto mucho mi trabajo. Siento que estoy en el momento para dedicarme a mí full. El día que yo tengo un hijo le voy a dar el 100%. Yo seguiré trabajando en alguna otra cosa, ojalá que pueda ser así. Quiero educar a mis hijos, criarlos, llevarlos a la escuela, bañarlos, vestirlos, hacerles todo.

—¿Entonces cuando tengas hijos dejarás La Cáscara?, siempre has dicho que amas tu trabajo ahí.

—¡No, no creo!. Yo amo La Cáscara, pero La Cáscara es como hasta cierta etapa de mi vida. No me veo con hijos y tal por ahí saltando. A lo mejor haciendo Totalmente Falso, que es como más tranquilo. Me encantaría continuar en televisión, en algo que no me ocupe todo el día.

Que cómo le terminó de ir con las orejas: “Al final fue una ahuevazón”, dijo entre risas.

Entrevista a Mercy Correia

Publicada en Revista Mia

Desde hace un mes sus manos de modelo acarician la suave piel de Fabiana Alexandra, aquella pequeñita que llegó al mundo de Mercy Correia como para coronar el éxito de esta mujer que un día ganó el título de la más bella de Panamá.

Es como si el destino confabulara a favor de Correia. Desde muy joven su paso por las pasarelas estuvo inundado de gracia. Al poco tiempo de iniciar su carrera le llegaron propuestas para trabajar en el extranjero. Los casatalentos pusieron sus ojos en ella, lo que la llevó a ser portada de revistas en el continente asiático.

Su evolución en el mundo del modelaje cumplió con los pasos de toda buena modelo. Y luego dejar su cuerpo andar por las mejores vías de la moda, esta bella chica buscó escalar un tramo más, mas esta vez en su aventura como mujer.

El nuevo rol<br />
Mercy no planeó su embarazo. Cuando se casó solo decidió no aplicarse anticonceptivos y esperar a que Dios le otorgara la dicha de dar vida. Para su fortuna, como lo califica, el nuevo ser llegó pronto.

Desde ese momento comenzó a estructurar sus rutinas para darle espacio a la nueva miembro de su familia. Eso sí, sin trastocar mucho sus funciones. De hecho planea trabajar desde casa los primeros días; pero considera que pronto se reintegrará a sus labores de siempre, puesto que -según ella misma cuenta- siempre ha sido como un pulpo.

“Creo que he estado bastante organizada, como ya no estoy viajando como en otros tiempos, no creo que sea mayor inconveniente. Por suerte cuento con el apoyo de mis papás, de mis suegros y de mi hermano. Tengo montones de tíos y tías tengo, así que no creo que vaya a tener problema en ese sentido”, matiza.

Aún con su barriga sus días siempre estuvieron en su curso regular. Todos los días conducía ella misma su auto hacia cada una de sus ocupaciones, de hecho a poco tiempo de alumbrar seguía en ellas. Para su suerte de dama moderna, Correia está rodeada de una familia con mente actual. Su madre no nunca la sobreprotegió ni le impuso ningún fetiche tradicional.

Los nueve meses

Cuando Mercy dice que su vida no se ha trastocado demasiado es porque ni en la ropa de maternidad tuvo que variar mucho. Ella asegura que solo compró como un pantalón jeans, porque el contenido de su armario está repleto de piezas holgadas que se ajustaron perfectamente a su barriga.

En cuanto a la alimentación, acepta que dejó de consumir “comida chatarra”, bebidas con colorantes y todo cuanto pudiera representar algún riesgo para al residente de sus entrañas.

Otro factor que la hizo alterar un poco sus hábitos fueron los antojos. Es que siempre ha sido amante de los dulces, mas durante el periodo de gestación prefirió comer platos salados.

La llegada de Fabiana

“Fue parto normal, y bastante rápido”, rememora la feliz madre. El magno evento de la vida de Mercy se dio el 26 de agosto, después de su cita de monitoreo, donde su ginecóloga detectó que su paciente ya tenía cuatro centímetros de dilatación. A las 11:00 a.m. Fue ingresada a la sala de labor y como las contracciones comenzaron a aumentar esta modelo tuvo que hacer las veces de deportista. Su médico la puso a caminar y hacer una serie de ejercicios para mitigar los dolores y para que la tarea fuese más rápida. A las 12:49 p.m. ya estaba Fabiana Alexandra afuera.

Cambios<br />
Hoy, con bebé en brazos, Mercy sigue buscando el crecimiento profesional. Ya estuvo en muchos desfiles, fue maestra de aprendices y actualmente se dedica a la exportación de modelos, lo que continuará haciendo; aunque confiesa que quiere abandonar ese estilo de chica tierna para adentrarse en papeles más tenaces.

“Puede que sea un buen momento para cambiar un poquito de imagen. Toda vida los trabajos que hice como modelo fue con la imagen tierna, tranquila... de repente ahora espero que se me dé la oportunidad de cambiar un poco y mostrar un lado más maduro. Como modelo a uno le gusta ir cambiando de facetas”, afirma esta joven madre.

La tipiquera 'glam'

Entrevista publicada en Revista Mia

La “Patrona de la Cumbia” es una fémina actual. Con estilo propio e imponente. Eso sí, pese a los cambios es incapaz de abandonar su esencia interiorana.

Nunca se ha avergonzado de donde vino, de lo que pasó, ni mucho menos de lo que es hoy. Incluso a Sandra Sandoval no le incomoda cuando muestran aquellos videos que exponen sus inicios como cantante; aunque en ellos se refleje un look no tan estilizado como el que luce en estos momentos de su carrera.

La intérprete de “Gallina fina” afirma que al rememorar el comienzo de su vida como tipiquera junto a su hermano Samy Sandoval, la embarga un sentimiento de orgullo. Aquellas imágenes que a muchos le causan gracia a ella le evocan los sacrificios que tuvieron que hacer para llegar al éxito que los acaricia en la actualidad.

Pero es que Sandra, en medio de su lucha por sobre salir en lo autóctono, apostaba por una propuesta distinta. La vocalista de Los Patrones de la Cumbia nunca se relegó a ser una cantalante más y lo logró gracias a su personalidad, ritmo al bailar y sus atrevidos vestidos.

A Sandra le gusta ser ella, sentirse ella y parecerse a ella. Esto lo dejó bien claro cuando le hicieron la propuesta para esta portada de Mia. La idea de mostrar a una Sandra Sandoval con un look distinto la inquietaba.

Cuando llegó al estudio del fotógrafo Darío Moreno lo primero que hizo fue ver la ropa que le pondrían.

— Ve, yo no me parezco a ninguno de los trajes que hay ahí, exclamó Sandra con su acento monagrillero.

— Pero si esa es la idea, presentarte con lo que nadie te ha visto, argumentó uno de los stylist que la acompañaba.

— Es que quiero que apenas que la gente vea la revista sepa que esa soy yo, reclamó la artista.

Con algo de temor, Sandra se acomodó para que el maquillista la empezara a arreglar. En medio de los brochazos, esta dama reafirmaba que a ella nunca le nacería ponerse algo como lo visto. Lo formal no es lo suyo. Entre risas recordó cuando buscaba ropa para el bautizo de su hijo Luis Esteban. Ella estaba consciente que su estilo no concuerda con la seriedad de una capilla, mas en esa ocasión tuvo que sacrificarse.

— ¿A diario cómo te vistes?

— Ando en ropa deportiva. Es que yo me la paso en el gimnasio, sostuvo en tono defensivo.

Aunque pertenece al grupo de personalidades que ha resaltado a Monagrillo como cuna celebridades panameñas, Sandra se ha convertido en una mujer citadina, para ser más específicos es una mujer de malls y gyms , pues ahí pasa gran parte del tiempo cuando no están en las tarimas.

Mientras le hacían un maquillaje muy sobrio, la tipiquera admitió que con frecuencia va a los centros comerciales en familia. A diferencia de ella, sus hijos están creciendo en un ambiente urbano, poco van al interior.

En un sillón, mirando todo el alboroto por las fotos, se encontraba Gustavo Flores, el padre de sus hijos. Él esperaba ver el cambio radical de su pareja, quería observarla con los trajes que ella nunca luciría.

— ¿Tavo no se despega de ti?.

— No que va, siempre ahí. Oye Tavo le estoy diciendo que siempre salimos (risas) pero no le dije a dónde (carcajadas).

El éxito no es solo dinero

Sandra no solo se forjó una carrera artística. Ahí, con un maquillaje sobrio, estaba sentada no solo una tipiquera, sino una abogada, hacendada y empresaria.

— ¿Cómo harías con la ropa si te tocara hacer el rol de abogada?

— Bueno, yo me llevo bien con los blazer. Hasta los he usado, aseguró la letrada.

La venta de madera, el manejo de su sello disquero y las otras actividades empresariales son asuntos que trata con su inseparable hermano Samy Sandoval, quien según cuenta es el bueno para los números.

— Tienen una carrera muy exitosa...¿Cuál crees que fue el mayor impulso para lograr todo esto?

— La constancia que nuestro padre nos inculcó. Todo los días nos metía en la cabeza: vamos pa'lante, vamos pa'lante, no hay que creer en los fracasos, sin titubear aseveró la cantante, que en ese momento parecía escuchar lo que su progenitor les aconsejaba.

Cuando estaba casi lista para ser capturada por el lente de Darío, Sandra confesó que pese a todas las presentaciones que pueden tener en lugares exclusivos, ella nunca abandonaría los sitios remotos.

— Te he visto llegar con los pies llenos de barro a las tarimas...

— ¡Ay sí!, pero si me dieran a escoger yo me quedo con los pueblos, porque ahí es donde está la esencia.

Este ícono de la música típica panameña se caracteriza por su estilo campechano al hablar, porque cuando se sube al entablado hace al público parte de su show. Lo cierto es que ni todos los cumplidos de sus fanes reemplazarían los abrazos de sus dos hijos -Luis Esteban y Kamila- a quienes protege como una leona, al punto que en su casa hay más cámaras que en un banco.

viernes, 11 de enero de 2013

Mi primera vez como modelo

Recuerdo aquella vez que hicimos que una modelo de talla 11 en calzado se metiera unos botines talla 8. Lo recordé y no me di cuenta del sufrimiento que suponía hasta aquel momento en que me hicieron vivir casi lo mismo. Y sí, lo recordé cuando mis pies estuvieron metidos en un zapatos que corrían un poco chicos.

No solo fue tener los pies encogidos dentro de ese tortuoso espacio, sino que al igual que a la modelo, me hicieron posar. Mas no solo fue estar paradita para la foto, en verdad tuve que hacer las veces de chica fashion frente a un flash profesional. ¡Casi pude morir!

—¡Vamos, posa!, decía el fotógrafo.

Pero si no puedo ni caminar, clamaba en mis adentros, (menos quejarme públicamente). Pensaba una y otra vez en todas esas chicas que en algún momento debieron meter sus pies en zapatos tres tallas más chicas y encima yo les exigía actitud.

—¡Con actitud!, reclamaba mi querido Luciano.

—¡No puedo caminar, mis pies me duelen!, seguía pensando.

—¡No tan seria!, exigía el fotógrafo.

Pero que si me río se me verán más grande mis cachetes, dije en alta voz.

Reíte así, me mostraba Luciano mientras en su rostro dibujaba una sonrisa en la que se veía un rostro amable sin enseñar los dientes, pero con los labios abiertos. (Qué complicado, ¿no?).

En cuanto logré olvidarme del dolor de pies (porque sí se puede) y meterme en mi papel de mujer afable. Entonces me dicen lo inimaginable.

—¡Con actitud en la mirada, algo seductor, pero no muy sexy!

Creo que Luciano olvidó que yo escribo y eso era demasiada información para mis capacidades. Además en ese momento volví a acordarme de mis cansados pies.

—Cruza una pierna. —¿Estás seguro?, le pregunté. ¡Creo que si muevo un pie me voy a ir de lado como un árbol!

Luciano ignoró por completo mi reclamo y se quedó con la cámara apuntando y esperando a que yo siguiera sus indicaciones. Justo lo que hacemos cuando estamos con las (a partir de ese momento) pobres y sacrificadas modelos. Él no tuvo ni un poquito de consideración con mis pies.

Ni modo, tuve que mover mi pierna y cruzarla e incluso sacar mi lado seductor. Yo sufría, mas él me decía que lo hacía lindo. Cierto o no para mí eran una recompensa esas palabras. Creo que era lo menos que me podía decir si al mismo tiempo me pedía que pasara la pierna derecha sobre mi pie izquierdo a la vez que ponía mi tronco hacia la derecha y mi rostro hacia la izquierda (esto estaba peor que un problema de física nuclear). Así transcurrió esa hora, acompañada de mi temor por terminar como un pretzel (un pretzel con pies apretados).

Creía que habíamos finalizado la tortura y Luciano me dice vamos a hacer cuatro más.

—¡Pero si ya llevamos un montón!, lo dije a mis adentros. Ni modo, debía continuar con mi labor.

Cuando quien se había convertido en fustigador me mencionó “listo, terminamos este cambio”, me sentí realizada. Y por suerte los siguientes zapatos no me apretaban... no me apretaban tanto.