martes, 24 de mayo de 2022

"A veces pienso que estudié música para escribir"

Publicada en El Siglo.

El nombre de Emiliano Pardo-Tristán es sonoro. Suena a guitarra para ser más específicos. Pero él decidió agregar a su mundo musical otro tipo de notas. Este jueves presentó en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R., su libro ‘Lo blanco y lo negro', novela premiada en el Concurso Ricardo Miró 2020.

La creación literaria es algo que ya estaba en su vida. Desde su natal Veraguas, el movimiento cultural de Panamá y cada una de las otras ciudades del mundo que pisó, fueron forjando no solo al maestro de la guitarra, sino también al novelista.

¿Cuándo y cómo supo que quería escribir una novela?

Lo blanco y lo negro no es mi primera novela, sino la segunda. Mi primera novela está sin publicar. No diré el nombre, porque en la actualidad se encuentra participando en un concurso literario. El deseo de escribir una novela me llega leyendo a Roberto Bolaño en una calle peatonal de Madrid. Leyendo el relato de los realvisceralistas mexicanos en Los detectives salvajes, sentí la necesidad de escribir autoficción, de ficcionar mis vivencias cuando tenía la misma edad que los personajes de Bolaño.

¿Tenía claro que lo que deseaba escribir tendría que llevar relación con la música?

Desde luego, pero no solo con la música. En Lo blanco y lo negro y en casi todo lo que he escrito, el arte es parte de la cotidianidad de los personajes. Aprovecho los diálogos para hablar de arte. Hay una preocupación en transmitir hallazgos poéticos, musicales, pictóricos y literarios en lo que escribo. Creo que es porque es esa la literatura que me interesa, la que me enseña algo. Me gusta la fusión del ensayo dentro de la narrativa y trato de hacer funcionar este maridaje. Incluir citas cuando escribo ficción, es algo que aprendo de leer los ensayos de Borges que cita para fortalecer lo que escribe, direccionando lo citado y enriqueciéndolo con su ingenio.

¿Cómo compararía usted el relato escrito en una obra literaria a una composición musical? ¿Se parece el proceso?

Se parece. Se crea y se revisa y se vuelve a revisar y se revisa una vez más, hasta quedar satisfecho. Stravinski decía que la música se escribe con un borrador. Yo creo que la literatura también. En ambas artes hay que quitar los excesos, lo que entorpece la claridad del texto o de la música. Cuando compongo escucho una y otra vez el material sonoro y hago ajustes. Cuando escribo, leo y releo y cambio palabras hasta encontrar la que se queda en el papel. Flaubert decía que no hay sinónimos, sino la palabra justa, ‘le mot juste'.

¿Cómo nace esta historia y sus personajes?

El impulso para escribir la novela me lo dio la relación de mi abuela con el director de una orquesta cubana que llegó a Panamá y luego, cuando la orquesta se fue, él se quedó a vivir con mi abuela que regentaba una pensión. Este es el escenario que imaginaba cuando escribía. Me interesé en las relaciones interraciales, porque creo que es un tema que todavía está vigente. Desde el principio de la novela quise narrar sobre relaciones desiguales, relaciones entre parejas que se llevan muchos años de diferencia, tan comunes en América Latina. Me interesaba escribir sobre el abandono de la mujer con hijos, el engaño y el engañador engañado. Son relaciones que crean tensión y las aprovecho para la trama, quizá porque he sido testigo de algunas de ellas.

¿Cómo es su rutina para escribir? ¿Tiene algún ritual?

Escribo en las mañanas y solo escribo cuando lo que voy a contar me obsesiona y no me da un instante de tregua. Estoy constantemente pensando en la obra y tomando apuntes. Sin embargo, no es lo que cuento lo que me interesa, sino cómo lo cuento. El juego con las palabras, la construcción de frases, la repetición de motivos. A eso me refiero cuando digo que lo que escribo me tienen que sonar. Son los mismas técnicas que utilizo cuando escribo música. También me gusta leer a otros autores cuando trabajo en una obra, porque esas lecturas me sugieren situaciones que tienen que ver con lo que escribo.

¿Qué figuras le han inspirado o impactado en su trabajo como escritor de literatura?

Sin lugar a dudas, Roberto Bolaño, Gabriel García Márquez y Jorge Luis Borges. Y, cada vez más, Alejo Carpentier, quien también era músico. Yo lo que noto, guardando las distancias, es que llego a lo mimo que Carpentier encontró por ser un escritor musicólogo. Lo hago sin conocer a profundidad su obra. Cada vez que leo una novela de Carpentier, encuentro más relaciones que son producto del azar y no del conocimiento previo de su obra. Quizá sea el resultado de una búsqueda musical en lo que se escribe.

¿Va a seguir escribiendo y publicando?

Por supuesto. A veces pienso que estudié música para escribir. Cuando compongo escucho una y otra vez el material sonoro y hago ajustes. Cuando escribo, leo y releo y cambio palabras hasta encontrar la que se queda en el papel'