viernes, 10 de noviembre de 2023

¿Periodismo al servicio de quién?

A los periodistas nos ocurre lo mismo que a los sistemas de gobierno, nos ha costado comprender que nos debemos al pueblo y que el pueblo tiene poder. No estoy de acuerdo con ninguna agresión y no celebro lo que han vivido algunos colegas en el intento de hacer sus coberturas de las actuales protestas contra la minería en Panamá, pero ese síntoma responde al mismo hartazgo que siente la población en cuanto al actuar de los órganos del Estado.

La falta de credibilidad hacia los noticieros no solo es por parte de esos jóvenes que han salido de las redes a las calles o de los docentes o constructores. Solo basta escuchar a los vecinos, compañeros de trabajo, a cualquier persona que esté a nuestro alrededor que no sea comunicador en ejercicio para conocer que entre sus opiniones está la falta de confianza en los medios. Algunos navegan de un canal a otro tratando de satisfacer sus deseos de ser informados, sin experimentar mayor saciedad.

Ante ese rechazo, manifestado de una forma dura en medio de las actuales protestas, he leído y escuchado a colegas decir: “hay que cerrar filas, todos los gremios deben enviar un mensaje unificado”, “tenemos que enviar un comunicado”, “hagamos una conferencia de prensa para exigir respeto a la profesión”.

No sé si no se han dado cuenta que las conferencias de prensa y comunicados solo son materia de interés entre comunicadores. Pero digamos que se hace y los mismos que emiten el comunicado lo publican en sus propias plataformas, donde entonces saldrá la gente a acabar de expresar todo lo que siguen pensando de la profesión, a propósito de los comunicados defensores de la dignidad del periodista.

El contexto actual debe servirnos para poner las bardas en remojo y si es que ya se quemaron intentar construir nuevas, teniendo presente que en la era de la información y la desinformación el deber nos llama a intentar ser transmisores de información verás, comprobada y respetuosa de la audiencia. Nos toca investigar, corroborar y mostrar realidades completas.

También hay que hacerle frente a que el discurso de la objetividad en el periodismo no es tal. Lo sabemos muy bien y no es un pecado tomar posturas, pero los periodistas siempre deberían estar del lado de los más vulnerables, de la sensatez, de la justicia social, porque esa será nuestra principal credencial como comunicadores. Jamás deberíamos parecer ni ser papagayos de un sistema opresor.